¿Esta temporada de frío te has resfriado más de lo normal? Con las bajas temperaturas llegan las enfermedades de vías respiratorias, y este año la incidencia está por encima de antes de la pandemia.
¿Has oído hablar de «deuda inmunitaria»? Ante la predominancia del COVID-19, y el uso de las mascarillas, no hemos adquirido la inmunidad natural frente a los virus de siempre, como por ejemplo, la gripe. La última vez que tuvimos contacto con estas enfermedades fue en 2019. Hemos perdido esa barrera inmunitaria, por eso nuestro cuerpo está más susceptible a enfermar.
En un catarro común por rinovirus uno de los principales y más latosos síntomas es la congestión nasal. Estos pueden tener una duración entre 7 o 10 días. En el caso de que vaya acompañado por fiebre, puede tener una duración mayor.
Cómo prevenir la congestión nasal
La mejor ayuda es prevenir la enfermedad con frecuentes lavados de manos y, en la medida de lo posible, evitar el contacto directo con pacientes infectados.
Os contamos los tratamientos más adecuados y menos agresivos para ayudar a los mecanismos naturales a las limpiezas nasales.
Lavados nasales
La salinidad favorece la descongestión, limpiando los restos de mucosidad de la cavidad nasal. Pero muchos os preguntaréis, ¿con suero fisiológico o spray?
El efecto mecánico probablemente sea el más efectivo, pero los sueros hipertónicos descongestionan más, y los oligoelementos y minerales que aporta el agua de mar puede que ayuden a mejorar la función de limpieza propia de la mucosa nasal.
También podemos utilizar vapores de eucalipto y de mentol, ya que tienen propiedades mucolíticas, antiinflamatorias y fluidifican la mucosidad facilitando su expulsión.
Por el contrario, la aplicación de ungüentos de mentol o de eucalipto no ayuda con los mocos o con la tos, solo mejoran el sueño, y pueden irritar la piel.
Mantener un ambiente húmedo.
Podemos usar un humidificador, aerosoles o vahos, especialmente si vivimos en una región con un clima seco.
La humedad favorece la ventilación nasal. Es importante mantener los humidificadores limpios y en buen estado siguiendo las instrucciones de uso.
Beber bebidas calientes o infusiones.
Estas ayudan a mejorar la congestión por el efecto vasodilatador y antiinflamatorio. Por ejemplo, la cúrcuma o el jengibre.
La miel tiene un leve efecto en la tos, suavizando la garganta.
Errores que cometemos frente a las congestiones nasales
El error que cometemos todos cuando estamos resfriados es ser impacientes. La obstrucción nasal es una sensación muy incómoda, y al poco tiempo de tener estos síntomas utilizamos sprays descongestionantes nasales.
El error que cometemos todos cuando estamos resfriados es ser impacientes
Estos nos ayudan de manera inmediata pero no pueden usarse más de 3-4 días porque tienen un efecto rebote, necesitando cada vez más dosis y provocando efectos secundarios.
¿Qué ocurre cuando la congestión nasal está mal resuelta?
Todas las congestiones de origen vírico, que suponen el 95% de los casos, son autolimitadas, es decir, que se resuelven por sí mismas, y no dejan complicaciones.
La obstrucción nasal puede favorecer a la aparición de otitis o sinusitis por no poder ventilar las cavidades nasales.
Es fundamental consultar con un especialista cuando la congestión está acompañada de síntomas como la fiebre, la cefalea o el dolor de cabeza.
Servicio integral en el tratamiento de nariz, garganta y oído incluyendo diagnóstico, tratamiento y cirugías de todas las patologías relacionadas con la otorrinolaringología.
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