Hipoacusia infantil

Hipoacusia infantil

hipoacusia infantil

¿Qué es la hipoacusia?

Si se usa la terminología médica correcta, podríamos definir la hipoacusia como la imposibilidad de percibir sonidos, es decir, una persona que tiene problemas de audición.

Lo que muchos no saben es que la sordera es un problema bastante común en los niños, por lo que es preciso prestar atención a determinadas señales para tratar el problema a tiempo.

Detección de la sordera infantil

Los médicos piden a los padres que evalúen el comportamiento de sus bebés durante sus primeros meses de vida. Para esto es necesario estimularlos desde pequeños. Es importante prestar atención a si el bebé parpadea, si se despierta cuando hay ruidos a su alrededor o si la voz de su madre puede calmarlo cuando está inquieto. E

Se sabe que entre los 3 y 5 meses de vida, los bebés tienden a dirigir sus miradas o girar sus cabezas hacia alguna fuente de sonido.

De los 6 a los 9 meses ya el bebé puede buscar los sonidos moviendo su cabeza e incluso todo su cuerpecito. Son estas las conductas naturales de esta etapa de la vida.

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Si los padres tienen la sospecha de que sus hijos no oyen bien, es preciso que se dirijan a su otorrino de confianza para que pueda determinar las posibles causas, ya podríamos estar hablando de una sordera en el bebé.

El elemento más peligroso de una sordera no detectada a tiempo es la ausencia de un lenguaje claro o algunos trastornos o retrasos bastante complicados en el habla de este individuo en desarrollo.

En algunos casos, niños con problemas de sordera no presentan signo alguno hasta sus los 2 años de edad. De ahí la importancia de estar atentos ante cualquier síntoma que nos haga sospechar cualquier problema de pérdida auditiva.

Hay niños que tardan en hablar, y en algunas ocasiones se da porque el niño es sordo y los padres no lo saben. Si no se trata la sordera a tiempo, más adelante será más complicado de hacerlo.

Síntomas que nos pueden hacer sospechar de que existe una hipoacusia infantil

  • Si no emite sonidos o balbucea a los 6 meses.
  • Si no reconoce su nombre o se estimula al oír sonidos como el teléfono.
  • Si a los 15 meses no repite o imita palabras simples.
  • Si a los 24 meses no puede decir al menos 10 palabras
  • Si a los 36 meses no pueden decir frases de dos palabras.
  • Si a los 48 meses le es imposible decir frases sencillas.

Este problema no solo afecta al pequeño paciente sino a todos sus familiares y a quienes lo rodean. Por eso, su detección temprana debe ser fundamental.

De acuerdo a estudios científicos, de uno a tres de mil recién nacidos nacen sordos. La mayoría de estos casos tienen un carácter genético o hereditario.

A la hora de llevar a nuestros bebés a consulta, se recomienda siempre comentar qué tipo de factor genético rodean a nuestros antepasados.

De hecho, algunos tipos de sordera están relacionados a malformaciones o problemas como el síndrome de Waandenburg o el de Usher. Las infecciones intrauterinas también es otro factor determinante.

Otros datos científicos sugieren que el 80% de las sorderas en niños llegan con el nacimiento de los pequeños, y que el 95 % los bebés sordos nacen en familias que no tenían la enfermedad como factor genético.

Factores de riesgo de sordera en los niños

Es importante que se practique un cribaje de sordera cuando un niño nace para que sea seguido bien de cerca tanto por sus padres como por su médico. Actualmente esas pruebas de cribaje (screening neonatal) son obligatorias en España.

Los factores que pueden afectar directamente a un bebé son los antecedentes familiares, las infecciones intrauterinas en la madre, tales como la rubéola, el sifilis, la toxoplasmosis e incluso el herpes.

Algunas malformaciones en la cabeza del pequeño, haber nacido muy prematuro, la meningitis, la toma de medicamentos ototóxicos por parte de la madre, entre otros, son otros factores de riesgo a tener en cuenta.

Casi el 30% de las sorderas infantiles suelen aparecer cuando el niño tiene dos años de edad. Esto es porque pueden padecer algunos tipos de otitis o traumatismo craneoencefálico grave.

Consecuencias del retraso en el diagnóstico de la sordera

Los efectos de la sordera pueden afectar distintos niveles en los pequeños:

  • Aprendizaje: Los niños pueden sufrir retrasos importantes en su educación, la cual es la base de su vida como individuo. El niño puede presentar desinterés por las actividades que incluyan música, memorización o el recitar poemas. Los profesores deben prestar atención si existe algún comportamiento anómalo por parte de alumno. Por lo general, los niños con sordera suelen aislarse del resto porque les cuesta aprender nuevos conceptos y hacer las tareas que les indican en clases. Se puede traducir en cansancio, inatención y malos resultados escolares.
  • Lenguaje: Todo humano necesita del idioma para comunicarse, así que imagínate no ser capaz de poder hablar. Esto pasa con los niños con problemas de sordera, quienes tienen un proceso de desarrollo del habla bastante lento. Las estructuras lingüísticas que utilizan son bastante básicas y a menudo tienden a no tener mucho sentido. Sus graves problemas de dicción les hacen tener grandes limitaciones para comunicarse al igual que para aprender nuevas palabras o relatar historias. Esto también le hará tener inconsistencias a la hora de leer y escribir.
  • Relaciones sociales: A los niños sordos les cuesta concentrarse y por ende no son capaces de sostener una conversación demasiado larga. No se involucran en juegos o reuniones grupales, así como que también se distraen fácilmente. Las películas o cuentos nunca parecen llamar su atención y tienden a parecer niños desobedientes o groseros, aunque nada tiene nada que ver con eso.

¿Cómo se diagnostica la sordera en el recién nacido?

La hipoacusia infantil debe ser detectada durante el primer mes de vida del pequeño.

Ya a los tres meses es posible tener un diagnóstico certero, mientras que a los 6 meses ya es recomendable recibir un tratamiento.

La instalación del cribado auditivo universal para recién nacidos es uno de los métodos más certeros para alcanzar el diagnóstico y poder ver grandes mejorías en el pequeño paciente.

Hay dos métodos para el estudio de la capacidad auditiva infantil:

Una es con las otoemisiones acústicas (OEA), con la cual se evalúa el desempeño del oído interno del bebé cuando recibe estimulación. Se trata de una prueba bastante sencilla que sirve para el cribado de la disfunción sonora del bebé y que se debe practicar a todos los recién nacidos.

Y la otra es la prueba de los Potenciales Auditivos Evocados (PEA) con los que se mide la respuesta del cerebro del bebé mediante estimulaciones eléctricas. Es así como sabrán si el oído funciona en óptimas condiciones. Se trata de la prueba más precisa de todas.

La detección de la sordera infantil debe estar seguida por lo siguiente:

  • Se debe identificar si hay deficiencias auditivas desde que un bebé nace.
  • Se debe iniciar el tratamiento correspondiente y la rehabilitación temprana.
  • Se debe estimular el mejor desarrollo del habla.
  • Se debe procurar que el pequeño sea integrado a su entorno.
  • Se debe velar porque el individuo se pueda comunicar para que tenga un óptimo desarrollo emocional, social, intelectual y un brillante futuro profesional.

Tratamiento de la hipoacusia infantil

Justo en el momento que un bebé es diagnosticado de hipoacusia infantil, su tratamiento debe ser inmediato y debe ser vigilado por un pediatra, un otorrino, un logopeda y también un psicólogo.

El tratamiento consta de una estimulación temprana del bebé, con lo que implica que también estará expuesto a un tratamiento logopédico y audioprotésico para determinar sus necesidades especiales.

Implante coclear

Los implantes cocleares son dispositivos electrónicos que sirven para que las personas sordas tengan una recepción de sonidos. Con ellas conseguimos que los niños puedan realizar sus actividades como los demás.

Es así como estas personas podrán comprender esos sonidos del ambiente, así como el habla de otras personas que estén a su alrededor, lo que mejora su calidad de vida notablemente.

Estos estimulan de forma directa el nervio auditivo. Con este aparato, se evita que el oído con deficiencias se atrofie aún más. Es la mejor alternativa para usar en estos casos de hipoacusias severas o profundas donde los audífonos no obtienen resultados.

Este dispositivo posee dos partes: Hay una que es externa y que se coloca justo detrás de la oreja. Mientras que hay una interna que se ajusta debajo de la piel por vía quirúrgica.

El aparato tiene un micrófono que capta los sonidos, un procesador que permite el habla y que selecciona y organiza los sonidos que el micrófono ha podido recibir.

Asimismo, posee un transmisor y receptor, además de un estimulador, que recibe ciertas señales del procesador del habla, que posteriormente se transforman en impulsos eléctricos.

También hay unos electrodos que acumulan los impulsos del estimulador y que posteriormente son enviados al nervio auditivo.

Los pequeños a quienes se les recomienda utilizar los implantes cocleares son aquellos que tengan graves discapacidad auditiva. El momento de la implantación lo determinará su otorrinolaringólogo especializado.

Es el método más eficaz y no será necesario que se dediquen a aprender el lenguaje de señas ni mucho menos esforzarse por leer los labios de las personas.

Bibliografia recomendada sordera infantil

Joint Committee on Infant Hearing. Year 2007 position statement: Principles and guidelines for early hearing detection and intervention programs. Pediatrics, 2007; 120: 898-921.

Pérdida de audición en la niñez ¡Que hacer para actuar de inmediato¡ Documento de la Organización Mundial de la Salud para unas practicas auditivas responsables. Separata FIAPAS/158, 2016.

Tapia, MC. Audiología infantil. ¡Que fácil y que difícil ¡. En Hipoacusia infantil: Hipoacusia infantil: De la detección a la educación. Actas del VIII Congreso de la Asociación Española de Audiología, editores Germán Trinidad Ramos, Matías Hidalgo Sánchez, 2012.

Katz J ed. Handbook of Clinical audiology, 7º ed, Wolters Kluwer, 2015.

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