Exploración
- Otoscopia
- Rinoscopia anterior y posterior
- Orofaringoscopia
- Endoscopia
- Radiología simple del cavum
- Estudio de sueño (polisomnografía)
- Audiometría/Impedanciometría
La simple inspección a través de la cavidad oral con una buena fuente de luz ya nos permite valorar el estado de las amígdalas platinas y faringe. A través de la otoscopia valoraremos la presencia o no de mucosidad o proceso agudo en el oído y con un rinoscopio el aspecto de las fosas nasales (deformidades o secreciones).
Hoy día podemos realizar en consulta endoscopias con fibroscopios rígidos y/o flexibles con los cuales, a través de las fosas nasales y boca, podremos inspeccionar nariz, cavum y faringolaringe incluso en niños muy pequeños, siendo esta exploración ya casi rutinaria.
Como complementos exploratorios tendríamos la audiometría, la impedianciometría (que permite comprobar el funcionamiento de la trompa de Eustaquio), el estudio de sueño o polisomnografía, que valora la efectividad del sueño y alteraciones cardiológicas e hipóxicas y, finalmente, la radiología, que nos permite cuantificar el tejido adenoideo