Síndrome de Apnea Obstructiva de Sueño Infantil

El Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) infantil es un tipo de Trastorno Respiratorio del Sueño (TRS) en el que, al igual que en la población adulta, hay una obstrucción parcial o total de la vía respiratoria superior durante el ciclo del sueño, pudiendo ocurrir varias veces durante la noche.
En los niños esta obstrucción suele deberse a un estrechamiento o bloqueo de las vías por adenoides y amígdalas más grandes de lo normal. Otros factores pueden ser anatómicos, craneofaciales, el exceso de tejido linfoide, la inflamación de la vía respiratoria, afecciones genéticas o trastornos neuromusculares, así como procesos alérgicos, infecciones o anquiloglosia lingual (frenillo corto).
Este síndrome se observa entre el 1 y el 6% de la población infantil en edad escolar, con un pico de prevalencia entre los 2 y los 6 años, extendiéndose hasta los 8 años, coincidiendo con el pico de edad de la hipertrofia adenoidea y la hipertrofia amigdalar1.
Diagnóstico
El diagnóstico y tratamiento tempranos son fundamentales debido a que el síndrome es potencialmente grave no sólo por la desestructuración del sueño, sino también por las alteraciones tensionales, arrítmicas cardíacas y pulmonares que provocan deficiencias de desarrollo, peso, estatura y de actividad intelectual en los niños.
Se recomienda que los padres consulten con el otorrinolaringólogo si su hijo ronca tres noches por semana, realiza un sonido de carácter intenso y se produce sin ir asociado a un proceso catarral.
Pruebas diagnósticas
Para diagnosticar la apnea del sueño se hacen las siguientes actuaciones:
- Exploración clínica: El especialista le revisará la cabeza, cuello, nariz, boca y lengua.
- Exploración de la cavidad oral: Suele mostrar hipertrofia amigdalar y paladar ojival (paladar estrecho).
- Radiología: Su médico puede recetar una radiografía lateral de cavum para valoración de vía aérea superior. Se suele pedir en los casos en los que el niño no tolere la realización de una fibroscopia y se quiera descartar la existencia de vegetaciones.
- Fibroscopia: Si el paciente es colaborador se puede realizar una fibroscopia, en caso necesario, se puede precisar sedación. El objetivo de esta prueba es visualizar las cavidades de la nariz, rinofaringe, nasofaringe, hipofaringe y laringe que de otro modo no se pueden visualizar para ver si existe hipertrofia del tejido adenoideo (vegetaciones).
- Polisomnografía o estudio del sueño: Es una prueba que registra una serie de parámetros que definen la calidad del sueño: la frecuencia cardiaca (electrocardiograma), el flujo aéreo oro-nasal, los movimientos respiratorios y las variaciones en la oxigenación (pulsioximetría). Esta prueba es la que nos va a diagnosticar la existencia de un SAOS y su severidad.
Se realiza durante la noche, o bien en un ambiente hospitalario, o en el hogar del paciente. Requiere de la colocación de sensores sobre el cuerpo que registran las ondas cerebrales, los patrones de respiración, los ronquidos, los niveles de oxígeno, la frecuencia cardíaca y la actividad muscular. Permite analizar las etapas y los ciclos del sueño para detectar si los patrones de sueño se interrumpen, cuándo y las posibles causas.
Síntomas
Durante la noche:
- Roncopatía nocturna (es el síntoma más frecuente pero no tiene por qué estar presente).
- Pausas en la respiración.
- Sueño agitado.
- Movimientos corporales continuos.
- Despertares frecuentes.
- Resoplidos, tos o atragantamiento.
- Respiración bucal.
- Sudoración nocturna.
- Enuresis.
- Terrores nocturnos.
Durante el día:
- Problemas de conducta.
- Irritabilidad.
- Un bajo rendimiento en la escuela por problemas de atención y de aprendizaje.
- Hiperactividad o agresividad.
- Síntomas otológicos.
- Alteración en la masticación y la deglución.
- Problema en el desarrollo dental.
- Poco aumento de peso.
Tratamiento
El tratamiento para el SAOS infantil es la adenoamigdalectomía, es decir, la extracción de amígdalas (amigdalectomía) y adenoides (adenoidectomía). El procedimiento dura entre 30 y 45 minutos y se realiza bajo anestesia general.
Esta intervención es ambulatoria y es necesario descansar en casa durante una o dos semanas. Es posible que te duela la garganta, el oído y que sientas la mandíbula rígida resolviéndose con analgésicos.
En aquellos pacientes en los que no existan amigdalitis de repetición y la hipertrofia amigdalar no sea de grado máximo, se puede plantear una reducción del tejido amigdalar con radiofrecuencia en vez de una extirpación completa, método menos cruento y que conlleva un menor riesgo de sangrado postquirúrgico. Esta intervención se realiza bajo anestesia general y requiere un ingreso habitualmente inferior a las 24 horas. Este tratamiento ha demostrado resolver los problemas respiratorios y los síntomas nocturnos en el 75-100% de los niños sin otra patología de base.
Cita
Bravo-Quelle, N., Sáez-Ansotegui, A., Bellón-Alonso, S., Lowy-Benoliel, A., García-Santiago, S., Ribeiro-Arold, C., & Prieto-Montalvo, J. (2023). Prevalencia del síndrome de apnea obstructiva del sueño infantil en una unidad de sueño de referencia [Prevalence of childhood obstructive sleep apnoea syndrome in a referral sleep unit]. Revista de neurologia, 76(9), 279–285. https://doi.org/10.33588/rn.7609.2023076
